Explorando el boom de los clásicos mejorados
En los últimos años, el mundo del videojuego ha presenciado un fenómeno cada vez más recurrente: el resurgir de los clásicos a través de remakes y remasters. Los remakes traen de vuelta títulos icónicos de décadas pasadas, renovándose por completo tanto a nivel gráfico como en mecánicas, como es el caso de clásicos de los 90 como Final Fantasy VII, Resident Evil 2, Silent Hill 2 o Super Mario RPG, así como de desarrollos más recientes, como Dead Space y Demon’s Souls. Por otro lado, los remasters se enfocan en mejorar el aspecto visual y optimizar el rendimiento pero conservando sus mecánicas originales, como es el caso de The Last of UsPart I y Part II, y Horizon Zero Dawn, adaptados para aprovechar la potencia de consolas como PS5 o PS5 Pro. Pero, ¿qué hay detrás de este fenómeno de nostalgia? ¿Y qué diferencia realmente a un remake de un remaster?
Aunque remakes y remasters son términos que a veces se utilizan de forma arbitraria, representan conceptos distintos. En un remake, los desarrolladores reconstruyen el juego desde cero, manteniendo su esencia pero con mecánicas, gráficos y, a veces, narrativa completamente renovados. Esto es lo que Capcom ha hecho con Resident Evil 2, 3 y 4, donde además de actualizar gráficos, ajustó la jugabilidad y mejoró la inteligencia artificial para que estos remakes fueran tan terroríficos y espectaculares como las entregas originales en su tiempo, pero adaptados a los estándares de calidad y rendimiento actuales.
Un remaster, en cambio, toma el código base de un juego y le aplica mejoras en texturas, resolución, densidad de vegetación, distancia de dibujado y otros elementos visuales, sin cambiar significativamente su jugabilidad o historia. Horizon Zero Dawn, por ejemplo, fue lanzado originalmente en 2017, pero en su reciente versión Remastered para PlayStation 5 ofrece mejoras gráficas que permiten mayor calidad visual y una experiencia más satisfactoria a nivel rendimiento. Esta actualización está destinada para quienes ya jugaron el original tiempo atrás y para nuevos jugadores que quieran experimentar el juego en su máxima expresión de calidad.
¿Nostalgia o necesidad de innovación?
La nostalgia desempeña un papel muy importante, casi vital, pero la clave del éxito está en encontrar el equilibrio entre honrar el pasado y aportar algo nuevo. En Super Mario RPG, Nintendo recreó los gráficos pixelados del clásico de Super Nintendo de 1995 con una estética moderna sin perder la esencia del original. En Silent Hill 2, el remake de Bloober Team no solo ha mejorado los gráficos y ampliado el mapeado del juego, sino que también profundiza aún más en la atmósfera y el terror psicológico, adaptando el desarrollo a las expectativas y necesidades de los jugadores de hoy. Esta misma fórmula se puede aplicar a remasters como The Last of Us Part I y Part II, donde las mejoras gráficas y de rendimiento han creado una experiencia que, sin apenas cambiar el juego base, transmite una experiencia significativamente superior a la original.
Para muchos jugadores, creadores de contenido y analistas, los remakes y remasters son simplemente una estrategia comercial de las grandes compañías. Sin embargo, cuando se realizan con el mimo y respeto necesarios, apoyados por parte del equipo original, son también una forma de rescatar títulos que podrían haberse quedado atrapados en generaciones pasadas, prácticamente inaccesibles para las consolas y ordenadores actuales. Esto se hace evidente en remakes de títulos como Demon’s Souls, donde el salto gráfico permitió en 2020 que una nueva generación de jugadores descubriera lo que hizo de este juego de From Software, original de PS3 en 2009, un título de culto.
Los estudios que invierten en estos proyectos tienden a hacerlo con mucho tacto y respeto, conscientes de que los seguidores originales son muy exigentes y buscan algo más que una simple mejora visual. Un buen ejemplo es el ya mencionado Horizon Zero Dawn, cuya versión remasterizada ha sido recibida con gran entusiasmo gracias a la evidente dedicación en cada detalle visual por parte de Guerrilla y Nixxes. Posiblemente en 2025, veremos los remasters de los primeros God of War y alguna franquicia millonaria más.
El Futuro de la nostalgia en los videojuegos
Con el éxito evidente de remakes y remasters, parece que los estudios han encontrado una manera de conectar generaciones. Al fin y al cabo, los remakes de calidad, como Final Fantasy VII o Resident Evil 2, y los remasters bien enfocados, como Horizon Zero Dawn, ofrecen una mezcla de innovación y homenaje. Y mientras los desarrolladores mantengan el respeto por el juego original y las necesidades de la comunidad, es probable que los jugadores sigan dispuestos a invertir en estas experiencias optimizadas, disfrutando de la misma historia, pero con una perspectiva audiovisual y técnica actualizada.